Gracias a una estrategia bien planificada y a un compromiso formal puedes recorrer el camino que te lleve directo lograr tus metas sin contar con la suerte ni depender del talento innato. Los adultos que regresan a la universidad se enfrentan a un desafío en el cuál no sólo deben dominar el material académico sino también hacer malabarismos para conciliar vida profesional y personal.
Si durante el camino tu motivación falla puedes recordar cuál fue tu meta al iniciar tu andadura en esta nueva etapa de tu vida. El método SMART te ayudará a definir con precisión tus metas. S de específicas, M de medibles, A de alcanzables, R de relevantes y T de tiempo concreto.
Uno de los recursos más valiosos es el tiempo que debemos invertir en estudiar para lograr los objetivos propuestos. Es clave ser realista sobre cuántas horas podrás dedicarle al estudio. Es más importante la calidad del estudio que la cantidad de horas de estudio.
Cuando nos vemos enfrentados al fracaso con bajas calificaciones, dificultad para elaborar los trabajos académicos exigidos, o falta de experiencia con las herramientas digitales, hay que superar esos obstáculos con una mentalidad de crecimiento que nos permita analizarlos desde una perspectiva de aprendizaje constante, preguntate ¿ Que puedo aprender de esto ? ¿ Como puedo hacerlo mejor la próxima vez ? Es relevante que no te compares con otros estudiantes de forma peyorativa, eres único. También es importante celebrar cada pequeño logro, has conseguido dos. horas extras de estudio esta semana para acabar con antelación el trabajo o repasar el material más difícil. Enhorabuena. Esos pequeños pasos si son constantes pueden llegar a marcar la diferencia en el final del semestre que comienza.
Si ves que la carga de trabajo que soportas te supera, habla con las personas que te rodean que puedan apoyarte para que se impliquen contigo y no sean un motivo de distracción que te haga perder tu valioso tiempo en tonterías.
Cuidar de tu bienestar físico y mental es también una manera de ser más productivo. Descansar lo suficiente es la mejor manera de retener la información que aprendes y facilita la concentración y evita el desgaste.
Distraerte con una afición que sirva como válvula de escape te alejará del stress académico. Es vital que recarges las baterías mentales dándole una vía de escape a tu mente de las responsabilidades.
Tus mejores aliadas serán la disciplina, la motivación, la resiliencia y la voluntad para adaptarte.
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