educación universitaria adultos.

Fijarse metas significa mucho más que elaborar una simple lista de deseos, más o menos claros. Es más bien, un proceso estratégico que impulsa nuestro crecimiento personal y profesional. Para que sean efectivas y obtengamos resultados necesitan tener una estructura y enfoque claros.

Además es bueno tener varios plazos para las metas: a corto, medio y largo plazo.

Metas a corto plazo: (+/- de 3 a 6 meses) son nuestros pasos más inmediatos y concretos hacia nuestros objetivos mayores. Son las que nos mantienen motivados día a día y nos permiten evaluar un progreso constante. Deben ser extremadamente específicas. En lugar de decir «quiero aprender», piensa en «voy a terminar dos temas en quince días. Tenemos que centrarnos en las acciones que podemos llevar a cabo ahora, en la actualidad, hoy o esta semana. Deben ser tareas que dependan de uno mismo para realizarse. También deben ser realistas y alcanzables, que sean un desafío pero que sean realistas con el horario que tienes y la dedicación que puedas prestarles. No debes sobrecargarte para no caer en la frustración y el abandono. Deben ser fácilmente medibles, para poder tener el control, por ejemplo leer 20 páginas de un tema esta semana o dedicar una hora diaria al tema que elijas. Si diseñamos estas metas con un enfoque de pequeños logros frecuentes, nos ayudará a mantener bien alimentada nuestra motivación y nos dará la confianza que necesitamos para seguir adelante a pesar de los obstáculos que encuentres.

Metas a medio plazo: (+/- de 6 meses a 1-2 años) Tus metas a medio plazo son como un puente que has de construir entre tus acciones diarias y tus grandes aspiraciones. Son pasos que han de ser significativos que te indiquen que vas por el camino correcto. Cada meta a medio plazo representa un peldaño lógico hacia tu objetivo a largo plazo. Por ej: si tu meta es acabar tu grado, tu meta a medio plazo es en cuántas asignaturas te has de matricular por año lectivo. Tienes que preguntarte, qué habilidades clave hay que desarrollar para obtener esa nueva competencia que necesitas dominar y te permita avanzar. Deben tener un cierto grado de flexibilidad, para poder adaptarlas a cambios que no hayas previsto en tu planificación. Tus metas exigen de ti un compromiso y una disciplina a lo largo del tiempo no sólo un esfuerzo momentáneo.

Metas a largo plazo ( +/- de 2 a 5 años) Estas metas se corresponden con tus sueños más ambiciosos, son como una brújula que orienta las demás metas. Tienen que ser más grandes que las anteriores, tienes que tener claridad de propósito (qué estilo de vida llevas) En esta ocasión nos centraremos en el enfoque y el resultado final en lugar de en tareas concretas. Para lograrlas debes dividirlas en tareas pequeñas y hay que revisarlas de forma periódica.

Hay algunas cosas en común para todas tus metas sea cuál sea su plazo de cumplimiento. Ponlas por escrito, las hace más reales y tangibles. Visualiza como será cuando lo logres, piensa en que puede salir mal y cómo puedes solucionarlo (ten un plan B) Cuando surjan dificultades, sé flexible y perseverante. Lo más importante de estas claves es que convierten tus metas de aspiraciones a una hoja de ruta con la que guiarte hacia tu futuro.