
Impulsados por la necesidad de actualizarse profesionalmente, muchos adultos retoman sus estudios. Buscamos nuevas oportunidades y deseamos un mayor desarrollo personal, sin embargo hay obstáculos en el camino que nos pueden impedir llegar a nuestra meta. El abandono es la peor alternativa pero es la realidad de algunos estudiantes.
No hemos encontrado información relativa al tema que comentamos hoy. Lo que nos lleva a pensar que no hay un interés por conocer las causas del abandono de los estudios en la edad adulta y sus posibles soluciones. Este artículo pretende valorar cuáles son las posibles razones que llevan a un adulto que ha decidido finalmente abandonar de nuevo sus estudios. Si que hemos encontrado algo más de información sobre el fracaso escolar, pero no es lo mismo. Fracasar es cuando suspendes las asignaturas, abandonar es posible aunque apruebes las asignaturas por otros motivos que no sean estrictamente tu rendimiento académico.
Las posibles causas del abandono pueden ser externas al estudiante o internas. Entre ellas encontramos que una de las más importantes sea la falta de conciliación de la vida profesional y académica. La falta de tiempo, puede resultar muy agobiante y estresante, sentir que por más que te esfuerces no llegas a todo y que cada día estás más cansado.
Problemas para financiar tus estudios, no hay que olvidar que es una fuerte inversión de futuro, pero no todos tienen suficiente margen en sus ganancias que les permita dedicar una parte a mejorar su formación.
Escasa o nula preparación pre-universitaria, falta de hábito de estudio, falta de hábito de lectura, escasa formación inicial, o que simplemente hace muchos años que has estado fuera de juego y te cuesta mucho adaptarte. Dificultades en el aprendizaje como dislexia, discapacidad intelectual, etc…
Los contenidos de las asignaturas no te gustan. No te convence la carrera que has escogido y te planteas cambiarla por otra o dejarla pues no es lo que tenías en mente al principio.
Problemas psicológicos que se deriven de trastornos crónicos o pasajeros: depresión, ansiedad, stress. También problemas emocionales: como temor al fracaso, baja autoestima y falta de motivación.
Estar bajo influencias negativas, que te minen la moral que debe estar siempre muy alta para enfrentarse a las exigencias de una educación superior de calidad.
Falta de flexibilidad en los horarios y modalidades de estudio que deben compaginarse con otras responsabilidades.
Y factores institucionales como falta de adaptación de los estudios a los adultos, rigidez en los planes de estudios, y falta de empatía por parte de los profesores con «nuestras necesidades especiales.» Como por ejemplo la necesidad de grabar la clase para poder volver a escucharla.
Pero no todo son malas noticias, también hay soluciones viables para estas problemáticas.
Implantar programas de estudio flexibles, modalidades on-line o semipresenciales. Ofrecer apoyo académico adaptados a las necesidades de los adultos, especialmente con las personas con dificultades en el aprendizaje.
Ofrecer mayor apoyo económico como becas, créditos educativos, programas de financiación, y descuentos para familias numerosas o monoparentales.
Ofrecer talleres y cursos para el desarrollo de habilidades para el aprendizaje, como técnicas de estudio, gestión del tiempo, manejo del estrés y habilidades digitales.
Mejorar la formación del profesorado para que sea capaz de adaptar las exigencias curriculares con las necesidades de las personas adultas.
Un enfoque integral y colaborativo permite abordar este problema y implementar soluciones para crear entornos educativos más inclusivos y accesibles que permitan a las persona adultas alcanzar sus metas. educativas y profesionales.
Estamos encantados de saber tu opinión