
En la sociedad globalizada donde todo es inmediatez, comodidad y facilidad, la cultura del esfuerzo nos puede sonar como algo anticuado y fuera de época. Pero en este blog no lo vemos así, creemos que a pesar de las críticas las nuevas generaciones no lo tienen tan fácil como aparenta y. deben tirar con diaria frecuencia de la fuerza de voluntad, ese gran motor que tiene la capacidad de ponernos en marcha en las circunstancias más adversas. Qué pasa con los que quieren dedicarse a la música ? Al arte ? A las artes escénicas ? O al bell canto ? El lacónico te morirás de hambre es universal, cuando alguien decide pensar fuera de la caja y escoger con libertad que es lo que realmente le gusta hacer, recibe muchos feedbacks negativos. Este artículo se centra en comentar las habilidades que dominan las personas que consiguen lo que quieren en la vida, sea fácil o no. Aquí hablaremos de tres habilidades personales, que no están fuera de moda, hoy más que nunca debes dominarlas si quieres una vida de «hecho a sí mismo». No es nada fácil terminar tu educación superior pasada la cuarentena, con un trabajo y responsabilidades familiares y personales. No es fácil decidir dedicarse a todas esas profesiones u oficios que tienen según dicen muy poca salida laboral, o un futuro incierto donde no haya la seguridad de un empleo fijo y estable con ingresos regulares. Esas habilidades son:la fuerza de voluntad, la disciplina y la cultura del esfuerzo. Creemos que hay muchas personas que eligen este camino, pero son las que menos ruido hacen.
En un mundo donde la gratificación instantánea es la normalidad, posponer esa gratificación para un mayor avance no tiene muchos seguidores. Según la psicología, la voluntad, la disciplina y la cultura del esfuerzo son tres pilares básicos para alcanzar cierto nivel de bienestar, éxito y realización personal.
Hay un lema que nos gusta mucho en este blog, es el siguiente. No trabajes duro trabaja con inteligencia.No se trata simplemente de remangarse y ponerse a trabajar como un burro hasta conseguir el objetivo pase lo que pase, tiene que haber un trabajo de reflexión previo que te enfoque. No se trata sólo de obtener logros materiales, sino de crecimiento personal, de lograr algo que nos hemos propuesto simplemente porque sabemos que eso nos hará felices.
El camino hacia éxito, es decir ver nuestro objetivos logrados está lleno de altibajos y obstáculos, la perseverancia y la resiliencia nos serán de gran ayuda, en esos momentos donde hay que tolerar la frustración de ver que estamos cansados, que las cosas no salen, que aún queda mucho camino por recorrer y sentimos que las fuerzas nos flaquean. Hay algunos autores que han trabajado este tema, en este blog recomendamos al doctor Enrique Rojas que escribió «La conquista de la voluntad» en 1994. Es uno de esos libros que no son para simplemente leer y ya está. Hay que trabajar los contenidos poniéndolos en práctica. Son libros para subrayar, anotar, releer, son los libros de consulta continua, son libros que se han de trabajar los contenidos en profundidad, que te llaman a la acción, al cambio, que te invitan a tomar esa decisión que veníamos postergando. Son los libros de mesilla de noche, para leer un poco cada día y observar si con el paso del tiempo mantenemos el esfuerzo, si somos constantes. Si no hemos bajado los brazos con las primeras dificultades. Este artículo pretende hacerte reflexionar, no es una guía de libros de autoayuda. Se trata de reflexionar sobre qué nos puede ser útil para fortalecer esas habilidades que nos permiten lograr los objetivos que nos habíamos propuesto al tomar un camino en la vida.

Ahora hablaremos de la disciplina, esa habilidad personal que tiene muy mala fama, pero que es un pilar básico en la vida para nuestro bienestar presente y futuro. Si en nuestra vida tenemos estructuras y rutinas saludables, creamos un orden y un control que reduce los niveles de estrés y ansiedad. Te compensará el esfuerzo invertido. La disciplina es autocontrol, nos impide ceder ante los impulsos negativos que nos llevan por mal camino. La disciplina hace que tomemos decisiones más conscientes y refuerza nuestra autoestima al ver que somos capaces de cumplir con nuestras obligaciones y deberes. La disciplina establece hábitos de rutina predecibles, reduce la sensación de incertidumbre y proporciona sensación de seguridad en uno mismo. Una práctica disciplina es imprescindible para el desarrollo de cualquier habilidad, como aprender a tocar un instrumento musical o practicar con asiduidad un deporte. La disciplina nos ayuda en aumentar la productividad pues gestionamos el tiempo de forma eficaz evitando la procrastinación y las distracciones. Con cada meta alcanzada, reforzaremos nuestra confianza en nosotros mismos. La disciplina te ayudará a enfocarte en lo realmente importante. Y finalmente la cultura del esfuerzo, los logros para que sean realmente significativos están fundamentados en la dedicación de tiempo, y la perseverancia. Cuando haces algo que te gusta, se realiza con alegría y amor, eso es de mucha ayuda durante el camino hasta lograr resultados que convenzan a los que nos rodean a darnos su apoyo. Es importante celebrar cada logro alcanzado aunque nos parece pequeño al principio es un paso adelante en la dirección correcta. La cultura del esfuerzo no tiene nada que ver con el sufrimiento, es más bien encontrar un equilibrio razonable entre el descanso y el esfuerzo realizado. Ser constante, a pesar de los contratiempos y no rendirse! Tenemos que cuidar de nosotros mismos, dormir adecuadamente, alimentarnos bien, hacer de vez en cuando algo que nos haga disfrutar, que nos distraiga y recargue las pilas.
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