La frustración es una emoción que surge cuando las cosas no salen como esperamos.
Cuando nos enfrentamos a algo que un principio parece superarnos. Aprender a tolerar esa emoción nos ayuda a mantener la calma y a seguir adelante. Reconocer y aceptar nuestras emociones nos permite abordarlas de manera eficaz. A nuestro alcance, esta la técnica de la respiración, simple pero poderosa para recuperar la calma. Inhalamos lentamente por la nariz y exhalamos también lentamente por la boca. Repitiendolo varias veces hasta que consigamos relajarnos.
Tomarse un descanso, para alejarnos de la situación que nos frustra puede ayudar a ver las cosas con distancia. Hacer algo que nos guste, llamar a un amigo, escuchar música, pasear. Puede ayudarnos a despejar la mente y a reducir la tensión.
La frustración a veces nos la genera el haber puesto el listón muy alto. Es mejor tener metas realistas. Y para terminar una de mis frases favoritas desde que la escuche por primera vez Piensa en la solución y no en el problema.
Compartir nuestras sensaciones con alguien en quién confiemos puede ser muy liberador. A veces simplemente contando lo que nos ocurre, puede ayudarnos a ver la situación con mayor claridad y a encontrar soluciones. Tener una actitud mental positiva enfocandote en lo bueno y en lo que has conseguido, en lugar de pensar sólo en lo que no nos ha gustado. Además es de sabios tomarse el tiempo que necesitemos para resolver el problema.
No obstante, si la frustración te genera un malestar que te resulta intolerable, es el momento adecuado de acudir a un especialista que te ayude a enfrentar los desafíos. Con paciencia se puede aprender a manejar esta emoción sin permitir que nos dañe.
Para terminar, consideramos que tolerar la frustración es una habilidad indispensable en los proyectos a muy largo plazo. (meses, años)
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